viernes, 12 de febrero de 2016

El Confiá

Como el siguiente post es el #50, y eso lo hace un 1% más especial que los demás, quería mechar este en medio, para que caiga en el #49.

En mi infancia/adolescencia destiné una cantidad no menor de energía en lo que es Convencer. Convencer gente de que haga o piense lo que yo quería o pensaba. (también intentaba sin ningún éxito convencer mujeres de que les guste, pero eso es otro tema).
Pese a que luego abandoné esa costumbre, creo que al igual que todo el mundo, mantuve una habilidad pasiva de convencer a los demás en lo que se refiere a Tener Razón. Todos pensamos que tenemos razón. Puede que haya casos en los que no pensemos que tenemos Más razón que otros, pero siempre tenemos la suficiente razón como para decir que nuestras opiniones son válidas (en el mejor de los casos, si no tenemos ni idea del tema en cuestión, nos abstenemos de opinar y listo)

Estar intentando demostrar que uno tiene razón puede llegar a ser tedioso, siempre y cuando uno esté rodeado de gente a la que convencer, pues si uno está solo, no hay nadie a quien convencer. Hubo un buen tiempo durante el liceo en que pasaba mucho tiempo con mi gran amigo Frulo, y fue con él que un día, sin siquiera quererlo, inventamos un sistema tan sencillo como genial, el cual muchas veces suelo extrañar. Los años y la nostalgia me han hecho llamar a ese sistema: La Religión del Confiá.

Una de las acepciones de Religión de la RAE es: "Obligación de conciencia, cumplimiento de un deber." Y es en este sentido que me refiero a religión, pues en cualquiera de los otros sería demasiado complejo.
La religión del confiá tiene unos preceptos muy básicos: todo el mundo tiene Un confiá, que puede utilizarlo múltiples veces, simultáneamente, hasta que lo pierda.
De esta manera, uno no debía desperdiciar tiempo y saliva en convencer al otro de que tal alfajor era mejor que cual, o que tal cartucho de impresora sirve para tal modelo, ni de nada. Uno dice Confiá y el Hermano Confía.

La Pérdida del Confiá se da básicamente por dos razones:

1) Errarle o utilizarlo de manera incorrecta.
Ejemplo: Decir "Confiá que nunca voy a hacer tal cosa" o que "nunca va a pasar cual cosa", y que luego sí haga tal cosa, o sí pase cual cosa.

2) No confiar cuando un Hermano del Confiá utiliza su Confiá en uno
Ejemplo: Hermano A dice "Confiá que ese sabor de helado es asqueroso, no te va a gustar, no lo compres", Hermano B no le importa y se lo compra igual


Cuando uno está 100% convencido de algo, y cuando el otro confía en nuestro criterio, con el Confiá zafamos de desperdiciar tiempo en explicar grandilocuentemente que jamas desde que nací me he sentido con una certeza tan grande como me siento en este momento en que te estoy diciendo XXX. 
Simplemente decimos: Confiá que XXX.

Es un sistema realmente muy bueno. Confiá.

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