Voy a escribir algo que quizás por momentos no sea políticamente correcto, porque sinceramente requeriría estar de un humor del que claramente no estoy. Por lo tanto, si hoy es uno de esos días en que sentis que te podes escandalizar por lo que un boludo escribe en un blog, ahorrate el disgusto y no sigas leyendo.
Todavía no sé bien de qué voy a terminar hablando, porque este es uno de esos posts-catarsis (que no es lo mismo que post-catarsis) pero implica conceptos como amor, sentido del humor, cursilería, homosexualidad, entre otros.
Pese a que la homofobia (o como dicen que dice Morgan Freeman, fobia implica miedo, y lo que usted tiene no es miedo, es estupidez) sigue siendo moneda corriente en nuestro mundo, como lo demuestra ese mass shooting de hace unos días del que ya habrán escuchado suficiente, poco a poco se va avanzando con este tema, que al menos ya no es tan tabú. Ya no me acuerdo si era Kanela o Petru, que decía que había que ser bien macho para ser puto 20 o 30 años atrás.
Y aunque hemos avanzado, todavía queda mucho camino por recorrer, en especial en algo que no sé si está relacionado, y que si no lo está y relacionarlo es discriminatorio, entonces cual Elige te propia aventura, vuelve al párrafo #1. Ese algo al que me refiero lo podemos resumir en "la expresión del lado sensible del hombre". Porque acaso, ¿qué hombre se siente cómodo caminando por la calle con flores para su pareja? Obvio que habrá hombres que se sientan incómodos porque la idea de regalar flores en sí le resulta incómoda, porque lo hace por compromiso o para tratar inutilmente de enmendar alguna cagada, pero otros nos sentimos incómodos por lo que piensen los demás hombres de nosotros al vernos.
Ya sé que es una incomodidad estúpida, pero existe. Y como eso, tantas otras cosas que los hombres a veces dejamos de hacer para no sentirnos cursis, o que no nos vean de esa manera. Pero, ¿qué es ser cursi realmente? La dejo picando porque no me da para abrir esa puerta, al menos hoy.
A todos estos temas, se le suma algo que siempre está ahí, el humor. El decir las cosas en broma, para no decirlas en serio. Las bromas, aunque en broma, generan formas mentales, hieren, etc, etc.
Hago un parentesis para hablarle a ese amigo y hermano que sabe o intuye que todo esto está relacionado a una charla que tuvimos hoy, a él le digo que yo sí lo conozco de verdad, que yo sí sé cómo es, que sé que él sí hace jodas en joda y no con un doble sentido hiriente o burlón. Y lo sé, porque una de las tantas veces que nos hemos sentado mano a mano a llenar la mesita de cervezas, me preguntó: ¿Sabes cuál es la fuerza más grande que hay en el universo? No sé, le respondí, quizás alguna de esas atómicas. Y él me respondío, no, la fuerza más grande es el Amor.
Alguien que te dice eso podrá burlarse de lo cursi todo lo que quiera, pero no lo hace porque lo piense, no lo hace por herir, lo hace por diversión, porque el cánon humorístico masculino del momento hace que las cosas sean así, que ése sea el tipo de bromas que nos gastamos entre hombres.
Muchos me conocen y saben que por más que me hago el que no me importa la opinión de los demás, en bastantes ocasiones sí me importa, en especial cuando "los demás" no son cualquiera. Quizás yo no sea de esos novios que andan publicando en las redes sociales cuán enamorado estoy, y en esto puntual no es que no lo haga por vergüenza (ni tampoco para darle esperanzas al millar de minas que se mueren por mi, como pensaría una novia celosa), no lo hago simplmente porque no uso las redes sociales para eso, así como no las uso para avisar si me voy de viaje o para tantas otras cosas. Y no digo que quienes lo hacen están mal y yo esté bien, porque las redes sociales son una extensión de uno mismo, entonces quien hace eso, en la "vida real" no debe actuar muy diferente tampoco, y cada uno actua como quiere y como puede y como le sale.
En casi un mes van a cumplirse dos años desde la primera vez que salí con Mariana, mi novia, el amor de mi vida, quien me ha hecho ver la vida de una manera bastante diferente, y con quien vivo hace más de dos meses. Y algunos sabrán más detalles de nuestra vida, otros menos, pero aquellos que conozcan menos no es porque me dé vergüenza, sino porque por distintas razones, desde la confianza hasta la oportunidad, no se ha dado en profundizar sobre el tema.
Y si su manera de expresar esta felicidad es poniendo fotos nuestras y abriendo su corazón en frente de sus amigos y conocidos, a través de una red social, para mi está bárbaro, porque el medio me importa un carajo, me importa que ella sea igual de feliz que yo.
Hace un tiempo un viejo filósofo amigo me hizo reflexionar con una pregunta suya, en cuál es el peor tipo de amor. Para mi, ese sería el amor no correspondido, simplemente porque el amor correspondido es el mejor tipo de amor.
Miliv out