martes, 31 de diciembre de 2013

Mujeres by Miliv - Parte I

Bueno, por más que este tema es tan grande y abstracto que no tiene ni sentido hablarlo, tan subjetivo que cualquiera podría hablar horas al respecto, se me canta hablar de esto, así que ta....
Además, Tolkien ideo un mundo inmenso y absurdamente rico y detallado, pero alguna vez tuvo que sentarse ante una hoja en blanco y empezar a balbucear desde 0...

Ja, no, no me estoy comparando con Tolkien, sólo estoy tratando de autoconvencerme de empezar, porque además son las 3 am xD

La verdad que ni sé por dónde empezar... sí, empezaría por el principio, si lo tuviera, o lo conociera, pero no... así que empiezo por el costado....
Es más, voy a empezar por el sub-tema de los piropos... así que así podría haberse llamado el post...

Si tuviera que decirlo en una frase, diría que estoy en contra de los piropos...
Obvio que estoy hablando de los piropos de verdad, los lindos, con cariño, que logran el cometido con que fueron inventados.... léase, los clásicos piropos adjudicados a los compañeros obreros quedan por fuera.
Pero aun así, me considero en contra, porque tonta e inconscientemente, siento que no "tengo" que piropear a alguien para que sepa qué opino de ella. Obvio que a veces está bueno decirlo igual, aunque la persona lo sepa, simplemente porque es lindo hacerlo.
Pero siento que sólo es válido cuando es redundante... cuando la persona ya sabe que lo pienso, pero le gusta que se lo recuerde.... pero cuando la persona no lo sabe a ciencia cierta, prefiero que se dé cuenta por otras cosas, actitudes o gestos, que por el piropo en sí... o directamente decirlo, lisa y llanamente, sin la "forma" o envoltorio del piropo... 
Porque me parece que sino es como que estuviera manipulando a la persona... y me resulta imposible respetar a alguien que estoy manipulando.
Capaz que es un tema de que siempre me cayeron mal los "langas", entonces no quiero parecerme en nada a uno, aunque tengan sus """cosas buenas""".
Lo cual me hace dar cuenta de que tengo un approach levemente femenino en el tema, porque pretendo que la persona capte las cosas de una manera semi-directa, lo cual está mal.

Bueno, esto quedó sin forma de nada, y aunque les mienta y les diga que algún día lo depuraré y le daré un poco más de forma, probablemente no lo haga... =)

Se recuerda a los lectores que los minutos perdidos en este espacio no son reembolsables... =/

jueves, 24 de octubre de 2013

Los Encantamientos


Anoche pude pindownear (dar en el clavo? :-\) un tema que inconscientemente me generaba cierta perturbación mental, por su ambigüedad. Pero ni sabía que lo sentía hasta ese momento. Y es el tema de las cosas/personas que nos encantan. 
El problema es que nuestro idioma español a veces es ambiguo y nosotros que lo usamos mal, con el tiempo lo vamos degenerando aún más (y la RAE que hace su parte, sacando tildes y aceptando palabras como güisqui... Terrajas) 
Entonces quiero diferenciar dos tipos de encantamientos muy diferentes, que al hablar se usan como sinónimos, pero que uno está mal.

Uno es cuando decimos "tal cosa me encanta", pero la cosa no hace nada por encantarnos. Por ejemplo las papas fritas de McDonald's. Nos encantan, pero no porque la propaganda nos lo diga, ni porque ellas nos digan "oye guapo, que bien te ves cuando me pones mayonesa y me comes", es porque nos gustan y punto. Es un tema nuestro. 

Por otro lado están las personas que nos encantan, porque utilizan sus encantos (valga la semi redundancia) para encantarnos. Quién no tiene un amigo, quizás no muy fachero, pero con una labia infinita con la que consigue lo que se le ocurra? 
Es por eso que el correcto uso de la palabra debería ser el segundo, y cuando es uno el que se auto encanta ajenamente, debería llamarse de otra manera... aunque no sé como...
 
Ta, no me den bola, estoy desvelado... 

Miliv out

lunes, 23 de septiembre de 2013

El bondi

Sé que la palabra "bondi" a priori parece no ser la adecuada, pero creo que sí lo es, por representar más particularmente a los ómnibuses de nuestro país... Además, el plural "bondis" es ampliamente superior al plural de ómnibus...

En la antigüedad, en la época de los filósofos pre-socráticos, casi todos ellos en algún momento de su vida, solían escribir un libro al que titulaban "De la Naturaleza", en el cual expresaban su manera de ver el universo. Y a nadie le parecía que fuera poco original. Que en un blog se despotrique contra los bondis, es más o menos lo mismo... creo que cualquier bloggero que se precie de tal, en algún momento tiene que tocar este tema popularmente tan cotidiano.

Al igual que el fútbol (en especial la Selección) que puede mover para un lado o para el otro los estados de ánimo de una población entera, creo que nuestro transporte público logra lo mismo, y en general es siempre para el mismo lado: el de la ira y la violencia. No digo que sea por culpa del transporte público que somos un pueblo tan jodido, pero creo que puede sumar un poco...
Quizás en un futuro (lo más probable que no) complemente este post hablando particularmente de los taxis, y ese ser tan particular que es el tachero, pero por hoy simplemente los voy a dejar en la misma bolsa, y no hablar nada específico de ellos.

Hay veces que me pregunto si los buses no serán un experimento psicológico o sociológico, porque las cosas que se ven son realmente dignas de análisis... tenemos Gran Hermano, The Truman Show, Lost, El Cubo, y no tenemos nada que aproveche la cantidad de cosas que se aprenden en un bondi... tremendo desperdicio.

Antes de continuar, debo reconocer que soy un verdadero afortunado, porque tengo las capacidades de leer y de dormir arriba del ómnibus, sin ningún tipo de problema. Por ello le agradezco a los dioses y al prof de Cálculo II en la FIng, que no hacía nada por hacer menos aburrido un tema sumamente embolante, lo que generó que fuera especialmente a dormir a su clase, desarrollando así la habilidad de poder dormirme en Cualquier Lado.

Volviendo a los bondis, hay un montón de cosas que me desesperan:
*El escalón del CA1:
Ahora hay otras unidades que también tienen ese escalón en la mitad, pero el primero que conocí fue el CA1. Ese escalón tiene como un campo de fuerza que impide que la gente lo suba. No sé qué drama psicológico o trauma de la infancia tiene la gente con ese escalón, pero no lo suben! Incluso a veces están todos apiñados antes de subir, aun habiendo asientos libres en ese mundo aparte y desconocido que es del otro lado del escalón. No sé si tendrá que ver que además la puerta está ahí, o qué...


*Las viejas:
Yo entiendo todas las excusas que se puedan dar para defender a las viejas, pero hay cosas que son muy molestas. (Y sí, tengo abuela, para que después no me salgan con el reproche "Sos un desalmado, no tenes abuela?"). Entiendo que por su motricidad es peligroso que caminen todo el bus hasta el final, y que se sienten adelante, también entiendo que por su escasa motricidad, demoren en hacer cualquier movimiento, pero es necesario que se paren dos paradas antes de bajarse, trancando el paso de los que queremos subir? Estas a un metro, te da perfecto para pararte y caminarlo después de que me subo.


*Los pelotudos que no avanzan:
Hablando de trancar, hay gente que tiene la costumbre de ir parada donde se le antoja, sin ir avanzando paulatinamente, y sin ninguna razón para ello. O peor, la razón es porque van de a dos (en general son más pelotudas que pelotudos) que uno se sienta y el otro no, y van hablando trancando todo el paso, sin importarles lo más mínimo.


*Los que trancan el asiento:
Gente, en el bondi hay códigos. Así como en un baño público masculino, si hay opción, uno no utiliza un urinal adyacente a otro en uso, en el bondi uno si hay dos asientos libres, se sienta en el de la ventana, no se sienta en el pasillo dejando bloqueado el de la ventana. No me obligues a pedirte permiso. Capaz soy tan enfermizamente tímido que prefiero ir parado antes de pedirte permiso. Y mucho menos, me mires mal cuando me paro al lado y te digo "Permiso", como si te estuviera haciendo una propuesta de lo más indecente. (Ni quiero tocar el tema de pararse para dejar pasar, porque habría que evaluar caso por caso, según la cantidad de petates que uno acarrea)


*Los que llevan mochilas:
Sacatela. La mochila jode. Punto. No me importa que pese 70 Kg, no la lleves en la espalda. Si pesa tanto, dejala en el piso. Si es blanca y se te ensucia, jodete.


*El clima:
Como ya ha comentado más de una vez Darwin, muchas parejas se han divorciado, muchas empresas se han disuelto, por el tema del frío y el calor, en especial hoy en día, con los aires acondicionados. Y el ómnibus no podía escapar a este tema tan candente (o friente). Qué cosa linda que es subirse en pleno invierno a un ómnibus que va lleno, que obviamente tiene todas las ventanas cerradas, la gente tosiendo, los vidrios ya empañados del vaho, un verdadero asco. Y ni que hablar de los modelos modernos como el 14 (los azules) que tienen además aire acondicionado que sale por abajo, a los costados. Al chofer le encanta ponerlo al mango, sin darse cuenta de que afuera hay 4 ºC, es decir, yo estoy abrigado con campera, guantes, gorro, etc, como para sobrevivir en la intemperie de 4 ºC, no me hagas desnudarme hasta quedar en musculosa, short y chancletas, porque es innecesario.


*Pardaflorés de la gente:
Es discutible si es la Parda Flora o la Gata Flora, pero todos sabemos de qué estamos hablando... y esta cualidad tan uruguaya no es ajena al mundillo de los bondis. Entiendo que lo ideal sería que los bondis no fueran llenos. Pero los bondis van llenos. Aceptémoslo. Y en base a ese axioma, la gente por un lado se queja porque el chofer no te para. A veces no cabe un alfiler, otras veces si no estás muy excedido de peso cabes bien, pero no importa, la gente si no para se queja (cuando está en la parada). Sin embargo, cuando está arriba del bondi, la queja es exactamente la opuesta, se queja porque sí para, y se escuchan cosas como "nos tratan como sardinas", "este hdp le para a todo el mundo para recaudar más", y otras tantas.

Pese a todo esto, quiero rescatar un par de cosas positivas, como el conductor del CA1 que sale a eso de las 10 AM, que parece más un humano que un chofer de bondi, porque es buena onda y le habla bien a todo el mundo. También quiero agradecer al 151 que me ha pasado a las horas más insólitas sin tener que esperarlo. Incluso a veces lo veo pasar aunque no lo necesito, como preguntándome "Oye guapo, necesitas que te lleve?". Y ni hablar del 183, el Padre de todas las líneas, que pasa más que un taxi (true story).

Por último, quiero dejar un post invitado de Fer, una íntima de la casa, relatándonos su experiencia con el 370, bondi tan querido por la población.




¿Alguna vez pudiste tomar el primer 370 que pasa?

Si la respuesta es "si", hay dos posibles razones: vivís en Playa del Cerro o en Portones... porque existe un "triángulo de las bermudas" donde el bendito 370 podría considerarse "Expreso", síi, más les valdría poner en el cartel luminoso que indica el destino, la palabra "EXPRESO", esto ahorraría un montón de sensaciones a los ilusos que esperan el ómnibus que van desde:  a) alivio: ahí viene el ómnibus; b) sospecha: eso que obscurece la visión hacia el interior del ómnibus... es gente??; c) confirmación: el HDP está acelerando por el medio de la calle, no va a parar...; d) bronca, calentura, búsqueda de adoquines o baldosas flojas pasibles de ser arrojadas...; e) resignación: espero el que sigue... pensamiento que se suma a la estúpida esperanza de: si ese no paró es porque el otro viene atrás....

Toda esta serie de pensamientos se suceden unas 3-4 veces por cada 370 que queremos tomar (ilusamente) en el espacio comprendido en el triángulo de las bermudas del 370... cuyos márgenes más optimistas están entre Plaza Cuba (Bulevar Artigas y Av. Agraciada) y La Caja de Jubilaciones (Mercedes y Fernández Crespo), la cota verdadera, sobre todo a principio de mes es entre el Paso Molino y Tres Cruces (puede extenderse hasta el Hospital de Clínicas)... Ojo, una cosa buena tiene: pasa cada 15' reloj, por lo que la tortura al menos es constante...

Acá voy a hacer un paréntesis, yo voy a Facultad de Ciencias desde el 2006. Los ómnibus que pasan (más menos desde el 2007) por ahí son: 370, 113, 21, 407 y 427... Si vivís en Aguada, cerca del Palacio, el único ómnibus que tenés es el 370... peero, como todo acontecimiento histórico, hay una fecha que divide los tiempos en dos (como el Antes de Cristo AC y Después de Cristo DC), que es: la llegada del boleto "1 hora". Para muchos fue un hecho intrascendente, pero para los 370-dependientes, fue un sueño hecho realidad: ahora puedo hacer transbordo y no me tengo que tomar el 370!

Mentira... el tema es el siguiente: para tomarme otro ómnibus (21 o 113 que van por 18) terminaba perdiendo tanto tiempo como viendo pasar 370 llenos hasta la puerta...  los que van a Ciencias saben que implica tomarte un ómnibus por 18, primero hay que elegir, el 21 y el 113 no paran en la misma parada (maldición)...  segundo, el 21 tiene dos destinos, de los cuales uno no sirve "Geant" en macabras letras rojas... el tema es que si uno opta por tomar el 21 en lugar del  113 y justo llega en ese momento temporal en que pasa uno al Geant, marchaste, van a pasar unos hermosos 40' antes de que pase el siguiente a Portones... y si uno opta por tomar el 113, va a descubrir que este ómnibus trata de empatar en frecuencia con el cometa Halley, y si por alguna razón misteriosa uno logra tomárselo (jugarle a la quiniela el número de coche, seguro que sale a la cabeza) se da cuenta que este ómnibus inspiró el recorrido del Bus Turístico, subirte a ese o al 113 es cuasi lo mismo, solo que más barato en el 113. Hay una variante que es esperar a mitad de cuadra entre las dos paradas, y correr hacia una u hacia otra cuando vez venir el ómnibus: esto implica que la persona tenga buena vista (pa ver venir el ómnibus desde lejos y llegar con tiempo); estar en buena condición física, correr en 18 es como nadar en miel; no andar con la sempiterna mochila, accesorio necesario de todos los que vamos a cualquier facultad, que por más que uno se empeñe en sacarle cosas, siempre parece que llevamos el cadáver de un dinosaurio bebé adentro...
Nunca, pero nunca cambiarse de parada si perdió el que eligió (ej. perdí el 21 Portones así que me voy a tomar el 113), eso abre un espacio interdimensional, donde de la nada pasa otro 21 Portones y solo te da tiempo de verlo pasar, y hace que el 113 directamente no pase... (funciona también a la inversa)...

Pero volvamos al 370... cual fue la solución, y porque el boleto 1 hora es tan importante: hago transbordo con el propio 370!!!, sip.. el 370 pasa por la puerta de mi casa (vivo por Av. Agraciada), con gente colgando de la puerta porque no entra, entonces, me tomo cualquier otro que haga el mismo recorrido que el 370 desde mi casa a Cordón, me bajo en Arenal Grande y Uruguay, camino 3 cuadras hasta la Caja de Jubilaciones (donde el 370 hace la primer descarga de gente importante) y triunfalmente, me lo tomo...

No se si definirlo de ironía, pero es una mierda...

Gracias Miliv por el espacio :)

Fer out.-

domingo, 25 de agosto de 2013

Hay gente enferma

Un tiempo atrás, alguien me comentó que había presenciado algo similar a lo que me tocó presenciar anoche cuando volvía a mi casa, y por más que tampoco me fue tan difícil de creer, no pensé que me tocara vivirlo a mi...

Luego de bajar del 104 (sí, volví de noche a casa en un 104, ya debí suponer que era un mal presagio xD), a poco de cruzar la calle (Jackson, esq Rivera), ni siquiera escuché una frenada, directamente escuché el estruendo de un choque entre dos autos, uno que iba por Rivera, el otro por Arenal Grande. Ni bien lo escuché, me guardé las llaves en la mochila y salí trotando por las dudas de que hubiera alguien herido. No había terminado de cruzar de nuevo Jackson (o sea que habrían pasado algunos pocos segundos) que veo salir del auto que iba por Rivera, que tenía el frente totalmente destrozado, al conductor, totalmente enfurecido, que a los gritos empieza a insultar al otro conductor y a patear su puerta. "Hijo de mil putas, tenes que mirar para cruzar, la reputisima madre. *patada* ¿No ves que voy con mis hijos? (otros insultos)"

Yo miraba la escena totalmente anonadado, mientras bajaba la velocidad, y veía como un policía (que aún no sé de dónde salió) se acercaba al susodicho. Creo que hasta ahora, me arrepiento de no haber agarrado a piñas al pedazo de un enfermo. Cómo puede ser que una persona, un padre de familia, dedique los segundos que a mi me llevó cruzar una calle, en ver si su familia está sana y salva, y luego dedique todo ese tiempo y energía en insultar a alguien que cometió un error, y que podría estar herido de alguna forma. Y para peor, para completar la ironía, utilice a su familia como parte del speech de insultos... Es realmente increible. 

La verdad que la gente es enferma...
Y sí, digo la gente, porque para eso son los blogs, para generalizar, sino, escribiría para un diario 

Miliv out

viernes, 16 de agosto de 2013

Sentimientos Ajenos de Uno Mismo

Hace ya muchos años, creo que en los primeros tiempos del liceo, una amiga (cuya identidad dejaré en privado, hay muchos problemas de privacidad en estos tiempos, por lo tanto la llamaré "Alabama") inventó (o quizás ya existía, pero nosotros no conocíamos) el fantástico concepto de Vergüenza Ajena de Mi Misma. Concepto que caló muy hondo en los presentes, y nos ayudó a expresar una realidad que hasta ese entonces no sabíamos cómo expresar. 

Y durante todos estos años he usado este concepto, aunque no sin rechazo por parte de algunos interlocutores, más que nada producto del atropello de interpretar "Ajeno" y "Mi Mismo" como conceptos opuestos. La última interlocutora que cuestionó este concepto fue quien motivó la realización de este post, cuando tuve que explicarle exactamente a qué me refería con esto (a todos los otros no les importan lo suficiente mis pavadas como para que se los explique). 


Vayamos por partes... 
La RAE tiene 8 acepciones diferentes para la palabra Vergüenza, pero básicamente, todos sabemos lo que significa. Es esa sensación incómoda que uno siente cuando está haciendo o ya hizo una macana, esas típicas acciones que generen que los amigos digan "¿Para qué te trajeeee?" (de aquí en más PQTT). 

La Vergüenza Ajena (acortémosla en VA) es la vergüenza que uno siente por las acciones de otra persona (un tercero) (quién es el segundo, nadie sabe...) Gritar a los 4 vientos PQTT no es raro ante la presencia de este sentimiento. 

Ahora, la Vergüenza Ajena de Uno Mismo (VAUM), es exactamente la misma sensación que la VA, pero con la salvedad que ese tercero, es uno mismo. 

Aquí los más perspicaces se preguntarán cuál es la diferencia entre ésta y la Vergüenza normal? Paso a explicar... En la vergüenza normal, uno se siente mal por lo que está haciendo y muy probablemente, por lo que los demás piensen de uno (se requiere una conciencia muy grande para sentir vergüenza estando solo, a menos que se haya hecho algo grave...). En la VA, uno está en el lugar de los demás, y piensa que lo que el sujeto está haciendo es vergonzoso. En la VAUM, es esa misma sensación, uno no siente vergüenza por lo que está haciendo, pero siente que los demás deben estar sintiendo VA de uno, porque lo que está haciendo, por más que no sea vergonzoso para uno, sí puede serlo para otros. 

Creo que está clarísimo :D 

Los sentimientos Ajenos de Uno Mismo son algo realmente para meditar, porque existen otros además de la vergüenza... aunque no tan claros. 
Como el Aburrimiento Ajeno de Uno Mismo (que sería algo así como sentir una especie de aburrimiento porque pensas que estas aburriendo a otra persona) el cual lo descubrí hace poco y aún estoy tratando de comprender 100%... 

Miliv out.

domingo, 30 de junio de 2013

La Combinación de Colores

Para quien me ha visto en persona algunas veces, o en fotos de cuerpo completo, no es ninguna novedad que soy un ateo de la combinación de colores. Incluso un amigo me ha llegado a preguntar si yo me visto en "me ca#& en la elegancia"... 
Sin embargo, como todo buen ateo, creo tener una justificación perfectamente razonable para mis no-creencias, y de eso se trata este post... 

Primero y más importante, el hecho de que uno le pregunta a un sujeto A, si esta prenda X combina con esta otra prenda Y, y sujeto A responda que Sí, mientras que la misma pregunta, al realizársela a un sujeto B responde No, nos hace notar un aspecto primordial de este tema: es bastante subjetivo. 

Lo cual nos lleva a mi segundo problema: como informático que soy, para entender algo necesito poder llevarlo a un ámbito muy concreto. En este caso, dado que es la combinación de dos entidades, la manera más eficaz es una tabla. Lo cual es algo imposible, pero no sólo por lo dicho anteriormente, sino también porque aparentemente, hay muchos más que 16 colores, y poder mapear esa cantidad de colores a lo que realmente percibimos con los ojos, es muy difícil.

De todas maneras, creo que la veta que más me enerva de este tema, es cuando se habla de la audacia de un sujeto para combinar dos colores "que no son muy combinables"..... WTF? es decir, dónde está la delgada línea entre el rídiculo y la audacia? 

Una constante crítica que se nos hace a la gente crítica (valga la redundancia) es que nos quejamos sin aportar soluciones. Es por eso que quiero compartir ciertas reglas que utilizo, las cuales pueden ser consideradas transgresoras por la mayoría, pero que para mi tienen sentido.

Regla #1: Reflexividad
Todo color combina consigo mismo.

Regla #2: Simetría
Si color A combina con color B, entonces B combina con A.

Regla #3: Transitiva
Si los colores A y B combinan, y los colores B y C combinan, entonces A y C también combinan.

Regla #4: Los chinos no se equivocan
Si en China fabrican una corbata que en sí misma, como objeto indivisible, tiene los colores A y B, entonces automáticamente dichos colores combinan (porque dicho chino los hizo combinar) y por ende, puedo usar dicha corbata con una camisa color A y un pantalón color B.


Este tema podría ser el puntapié inicial para otros temas relacionados, como ser la elegancia, los tipos de ropa y cuando es apropiado usar uno u otro, pero probablemente no los desarrolle en un futuro cercano (léase, esta encarnación).

Miliv out.



Drogas - ¿Regulación?

Una vez más, el staff de Dado de Tres se complace en recibir un post invitado. En esta ocasión, mi querida amiga Vicky Jorge comparte con nosotros un trabajo que realizó para su facultad, con el cual uno puede estar de acuerdo o en desacuerdo, pero que sin duda abre la cancha para la reflexión.


El tema que desarrollaré para este trabajo es el de la “internación compulsiva” de los adictos a la pasta base. Hay varias preguntas que se me presentan al leer esta noticia, primeramente me cuestiono qué busca realmente la implementación de esta propuesta, y del por qué surge. Es decir ¿busca atender una problemática real, ficticia o una conjunción maquiavélica de ambas?, ¿cuáles son las razones que han llevado a pensar en tal “solución”?, ¿es en todo caso una “solución”? ¿a qué precisamente?. 
Parecemos atender a una solución para un problema al cual personalmente cuestiono que sea tal. Es decir, por supuesto no pretenderé que el consumo de pasta base no existe, pero me pregunto si cuando se busca hacer algo al respecto, se busca “arreglar” un problema en verdad. No sería más serio preguntarse acaso ¿si el consumo de pasta base es un problema en sí mismo? Según la televisión me atrevería a decir que sí, pero justamente por esto es que pienso que no. ¿No valdría la pena repensar críticamente lo que realmente se busca controlar?. Por qué este control es “necesario”, y si así lo fuera, por qué es más urgente que otros, por qué nos preocupa este consumo en particular, por qué no discutimos el consumo de alcohol (el cual se menciona, pero que de hecho ya está legislado y el cual ocasiona muchas más muertes por ejemplo en accidentes de transito). 
¿Podría quizás derivarse en que nos interesa o nos preocupa el consumo compulsivo en general? O si se consumen bienes lícitos o no tanto, pero que devienen en la mantención de la producción entonces no es un problema. Por ejemplo, en el ámbito de las producciones publicitarias es sabido que el consumo de cocaína es la norma (basta pensar en que son 20 horas de trabajo de corrido o más, para darse cuenta) sin embargo no imagino a la policía irrumpiendo en un rodaje para internar compulsivamente a nadie, es acaso que el consumidor de pasta base al serlo deja de ser capaz de otro consumo no tan “repudiable” y claro productivo. El decir por ejemplo que lo que se busca es que la persona bajo la influencia de esta droga no lastime a nadie ni a si mismo, ¿es real?. La agresividad es por tanto propia sólo, o especialmente de estos consumidores, o más aún deviene de este consumo, o el consumo al fin y al cabo es producto de la frustración por ejemplo de vivir en una sociedad de “consumo” en donde el propio está acotado por razones exteriores, impensables de modificar. ¿Nos interesa realmente tanto el “otro”? ¿Nos quita el sueño que no se haga daño? ¿Que sea feliz? ¿Internar compulsivamente supone entonces erradicar la cuestión que lleva a las personas a consumir en primera instancia? ¿Qué se castiga aquí?. Será acaso el consumo de drogas, o más bien, el consumo de cierta droga, llevada adelante por cierta población (me atrevo a decir: pobre) que no tiene medios para consumir otra más “elegante”; que no tiene posibilidad de conseguir una receta verde; que no asiste a Facultad y entonces el fumar marihuana no atiende al ocio sano o al descanso del estudio, sino a la consumación de su perversión. Para esclarecer esta problemática considero a autores, que a mi entender pueden ser o bien complementarios entre sí, o bien para con la temática. 
En primera instancia pienso en Giorgio Agamben y su teoría sobre el estado de excepción, es decir un estado en donde prima el hecho político por sobre lo jurídico. Donde se deja de lado la constitucionalidad y se da paso a medidas de emergencia que avasallan el derecho público y las libertades personales, claro que con el supuesto fin de un mayor bien común. Aquí se me presentan varios disparadores, por un lado, cómo en lo discursivo se plantea este tipo de medidas (y este caso no es la excepción), como un bien común, y sobre todo un bien para aquél al que de hecho se va a avasallar, lo más terrible de esto, es que no genere una inmediata subversión al respecto e incluso que haya personas que crean que tal acción sólo busca lo que dice buscar. Esto nos habla de cómo (citando el teorema de Thomas), “si creemos que las situaciones son tales, éstas son reales en sus consecuencias”. Y de cómo el momento en que surgen tales proposiciones no es azaroso, sino que al contrario es mentado y tiene una vasta amortiguación de internalización del control, que permite que se aplique sin mayor revuelo. Es incluso reclamada tal intervención por los conciudadanos que se sienten (no sin un buen y efectivo trabajo de marketing) amenazados por estos consumidores. Es increíble como además la elección de la terminología usada (“internación compulsiva”) reafirma aún más tal situación, pues se reafirma en sí misma. Hay una parte del texto en que refiere a que la elección de la terminología jamás es neutral, y a esto es que me refiero, se encadenan y refuerzan la serie de concepciones de las que parte; lo compulsivo hace referencia a algo irresistible, obsesivo, y por tanto negativo, malo, feo, y la internación viene a quitar esto peligroso, perjudicial, de la vía pública, para que nosotros, ciudadanos de bien, que nada tenemos que ver con estos enfermos sociales, podamos estar tranquilos. ¿No es esta, una distinguida forma de hacer “desaparceer”, de eliminar físicamente (aunque sea de forma intermitente) a aquellos que no se integran de forma “saludable” al resto de la sociedad? 
Es un sentimiento de extrañeza tal que se despierta en el común de la sociedad a estas cuestiones, que el vernos en tal situación nos resulta imposible, y esto opera como otro refuerzo para la aceptación de tales medidas, en la incapacidad de vernos como reflejo del otro, perdemos toda posibilidad de empatía y (auto)crítica. 
Cabe reflexionar acerca de qué cualidades cumplen aquellos a los que podrían identificarse como posibles consumidores, es oportuno pensar por dónde se buscaría a los mismos, por dónde las autoridades pertinentes (pero temo no adecuadas) harán sus rondas, qué lugares se elegirán, que personas se distinguirán o mejor dicho, se discriminarán. A este respecto, primeramente considero que Anibal Quijano puede resultar esclarecedor. Este autor si bien parte de la contraposición epistemológica con el anterior, ya que pretende romper con el eurocentrismo, entendido como una forma hegemónica de concebir la realidad y por tanto la teoría, creo que puede colaborar a desentrañar lo que lleva a la legitimación de la discriminación de ciertas personas en tanto portadoras de ciertos atributos biológicos o construidos histórica y culturalmente. Quijano parte de la idea de colonialidad, es decir de cómo a partir de la colonización y luego con la colonia misma, el europeo se apoderó de toda producción y fuente de poder, y se impuso al habitante americano a través de matanzas y arrasamientos de toda cultura nativa, deviniendo en una dominación no sólo física sino también ideológica-cultural, que propendió a naturalizar más y más tal dominación, de forma de entrar en una especie de loop de fortalecimiento y reproducción de concepciones de sumisión, dominación que se arrastran hasta el día de hoy. Resulta presumible que los lugares a los cuales se irá en busca de consumidores de pasta base serán barrios con poblaciones de bajos recursos, pero lo que resulta curioso, es que aquellos comandados a tal trabajo, es decir los policías, seguramente compartan la zona de residencia con los mismos, es decir objetivamente comparten un espacio en la estructura social, pero sin embargo no lo perciben así. 
“No por acaso, mantener, exasperar entre los explotados/dominados la percepción de esas diferenciadas situaciones, en relación con el trabajo, la raza y el género, ha sido y es un medio extremamente eficaz de los capitalistas para mantener el control del poder.” (Quijano, 2000). 
 La “internación compulsiva” atenta contra la propia voluntad, somete al cuerpo, y es aquí donde se define, según el autor, la relación de poder. 
Otro autor que creo opera en la misma línea que el primero, el cual incluso éste retoma, al menos en el entendido del avance del poder sobre la vida de las personas, es Michel Foucault. El autor plantea la idea del biopoder que se contrapone a la de poder del soberano, en éste último el soberano dejaba vivir y hacía morir, en tanto que el biopoder consiste en hacer vivir y dejar morir. Es decir, hay un control absoluto sobre la vida, y sobre cómo esta debe desarrollarse a través de la biopolítica. Todo pasa por la lógica biologisista. La sociedad a la que nos enfrentamos según el autor es a una sociedad de normalización es decir una sociedad donde el individuo se disciplina con centro en el cuerpo para volverlo útil y dócil, favoreciendo su individualización; y por otro lado regulando a la población. La disciplina y la regulación se estimulan y refuerzan mutuamente. La temática planteada da cuenta perfecta de este concepto. Al controlarse el consumo de pasta base, no se pretende controlar simplemente el mero consumo, sino los aspectos de la vida que el mismo afecta, pero no en el entendido altruista de velar por la salud de la ciudadanía, sino en términos de costos económicos, ya sea porque el consumidor de pasta base no produce todo lo que podría (como si produce el cocainómano que maneja una productora), o bien por los costos que significa el tratamiento que pueda precisar (que si consume pasta base, de seguro no podrá costear por sí sólo). Es así que el poder se manifiesta, en la regulación del comportamiento humano, de la vitalidad. La muerte en contra-parte supone el fin del poder. En extremo, no se muere cuando se quiere, sino cuando ya no hay nada productivo que ofrecer. La muerte es lo único que escapa al dominio del poder, la dominación termina con la muerte, la liberación empieza con la muerte. Siguiendo al autor podríamos decir que estos consumidores, implican para la sociedad un peligro biológico, son aquello que representa lo enfermo, lo violento, una amenaza para la subsistencia del otro no consumidor, no adicto, no compulsivo. Lo que permite la posibilidad de la muerte (no necesariamente física, si no política, social) es el racismo, pues éste discrimina a los seres humanos en base a ciertos atributos que contienen en sí mismos cargas valorativas que los hacen dignos o no, buenos o no, útiles o no, en fin, merecedores de su vitalidad, o mas bien decisores del fin de ésta. 
“Lo que hace la especificidad del racismo moderno no está ligado con mentalidades, con ideologías, con mentiras del poder, sino más bien con la técnica del poder, con la tecnología del poder. (...) El racismo esta pues ligado con el funcionamiento de un estado que esta obligado a valerse de la raza, de la eliminación de las razas o de la purificación de la raza para ejercer su poder soberano. El funcionamiento, a través del biopoder, del viejo poder soberano del derecho de muerte, implica el funcionamiento, la instauración y la activación del racismo.” (Foucault, 1976). 
Por último un autor que considero adecuado es Gilles Deleuze el cual profundiza a Foucault en “Posdata sobre las sociedades de control”. Retomando la idea de lugares de encierro de Foucault y planteando el hecho de que éstos se encuentran en crisis, una crisis real que da cuenta del agotamiento de la sociedad disciplinaria, es que plantea un pasaje a la sociedad de control. Esta sociedad de control contiene en si misma a la sociedad disciplinaria, contiene su estática, sus moldes pero va mas allá consistiendo en modulaciones como un molde auto deformante. Lo puntual se cambia por lo lineal, es decir se asiste a un proceso continuo de control. Es esta continuidad la que nos lleva a la (auto)deformación, al propio condicionamiento que produce y reproduce el control (auto)impuesto. Mientras antes existía una relación individuo-masa determinada por la firma del individuo y un número que lo posicionaba en esa masa; ahora nos encontramos en una sociedad de “dividuos” y las masas se han vuelto en datos, mercados, estadísticas. Se prima entonces lo cuantitativo por sobre lo cualitativo, el significado se diluye, se genera un vacío conceptual que imposibilita toda critica. Me hace pensar a las personas como tomadores de opiniones ajenas que ni siquiera tienen una clara consistencia interna. Pienso en el marco contextual en el que se propone este tema, y me pregunto a qué intereses corresponde la “opinión publica” al respecto y de como esta se creó y se expandió sin mayor recelo. Es sólo cuestionando profundamente los cimientos sobre los que se erigen los controles sociales, que se podrá desentrañar a qué fines reales estos promueven. Es indispensable repensar todo planteamiento incluyéndose a uno mismo ya sea en el ámbito social más general, comunitario, académico, etc. Solo así los sustantivo de las medidas de control será visible y factible de volverse en anti-control.



Victoria Jorge es estudiante de Sociología en la Facultad de Ciencias Sociales de la UdelaR.

domingo, 2 de junio de 2013

Qué fácil sería...

Es muy probable que la mayoría de las personas, por una u otra razón, en algún momento hayan pensado "qué fácil sería XXXX si todo el mundo YYYY". Ahora en Montevideo, por ejemplo, se está haciendo una especie de campaña de concientización acerca de la limpieza. Uno aquí podría estar tentado a pensar: qué fácil sería tener una ciudad limpia, si nadie la ensuciara. 

Bueno, ya sólo eso, no es tan fácil, porque requiere un mínimo de consciencia social y de pulcritud, que mucha gente simplemente no tiene. O que lo tiene, pero sesgado: se queja de los que tiran papeles en la calle y muy congruentemente, no tira papeles en la calle, sin embargo, sí permite que su perro deje regalitos para que los pedestres practiquen su atención al caminar por la vereda. 

Pero este post no se trata de consciencia social, ya tuve mi etapa de activista anti-ensuciadores, y ahora estoy más tranquilo. No, este post es más bien acerca de las relaciones humanas, ya que (lamentablemente?) vivimos en sociedad y debemos interrelacionarnos con otros seres (humanos?) por diferentes motivos y con distintos fines. 

Un autor que recomiendo* y estimo muchísimo, Randy Pausch, mayoritariamente conocido por su Última Lección (*recomiendo quiere decir que hagas click en el textito de color diferente, y veas ese tremendo video y leas sobre este hombre genial), una vez dijo que si tuviera sólo tres palabras para dar un consejo, él diría: "dí la verdad", y luego agregó, que si tuviera tres palabras más, añadiría "todo el tiempo".

Y así como bobeando, este hombre nos dio La clave de las relaciones humanas. Como uno puede soñar, muchas veces he pensado, qué fácil serían todas las relaciones humanas, si uno siempre dijera toda la verdad y nada más (y nada menos) que la verdad. Lógicamente esto no es algo muy fácil de conseguir, pero tampoco es taaaan complicado (ven? ni siquiera pasó un párrafo y ya no estoy diciendo la verdad). De todas maneras, aunque sí es muy complicado, en lo que es costo/beneficio, es muy conveniente. 

Imagínense toda esa gente que por una u otra razón no nos cae en gracia, y día tras día tenemos que hacer un esfuerzo (en gente como yo un Gran esfuerzo) por tratar, a veces más de lo mínimo indispensable. Qué fácil sería si pudiéramos decirle con sinceridad y sin agresividad, que no nos cae bien, y que queremos tratar con ella lo menos posible. Podríamos tener una sana distancia, sin tener que estar siendo falsos.

Quizás ese no sea un muy buen ejemplo, pero aquí viene uno mejor. Imagínense que conocen una persona que les gusta y que no terminan de descifrar qué piensa/siente/opina la otra persona sobre ustedes. No sería todo muchísimo más fácil si simplemente pudiéramos Decirle exactamente lo que sentimos/pensamos, y Preguntarle lo mismo? (a todos los que piensan que de esta manera "perdería la gracia", favor presionar la tecla Alt y sin soltarla, apretar F4) 
Porque al no preguntar, no sabemos con certeza, y entramos en el pesadillesco mundo de las conjeturas y las suposiciones en el que todos hemos estado... o como yo, que no solo hemos estado, sino que vivimos ahí, tenemos acceso VIP, nuestro propio sillón, etc.

Ojo, esto también es válido para las parejas. O acaso no es típico que uno le pregunte al otro "Qué te pasa?" y el otro responda "Nada" cuando en realidad le pasan tantas cosas que ni sabe por dónde empezar?
Y así se van acumulando "nadas" hasta que un día revienta, y luego ya no hay vuelta atrás.

Alguno me dirá "pero Miliv, si siempre dijéramos la verdad pura y dura, heriríamos muchas susceptibilidades, y terminaría siendo peor". Mirá Alguno, para mi, hay muchas veces que se puede decir la verdad sin herir (es un arte...), y hay otras pocas veces que no, pero que igual valdría la pena, de nuevo, por lo que ganamos. 

Lo que sí reconozco, es que hay bastantes veces en que ni siquiera nosotros sabemos diáfanamente lo que pensamos o sentimos (che, habría que inventar una palabra para esta combinación, porque es embolante escribir ambas cada vez... pentimos les gusta? sensamos?) y creo que es por diferentes razones. A veces puede ser porque nos engañamos a nosotros mismos, quizás porque no queremos admitir ciertas cosas de nosotros que nos disgustan, u otras veces puede ser porque no reflexionamos profunda ni tampoco superficialmente sobre las cosas, y simplemente las evaluamos de manera automática, por reflejo, y nunca nos tomamos la molestia de cambiar dicha evaluación. Y evidentemente, si nosotros no sabemos lo que pentimos, jamás podremos comunicárselo a otro...

Ojala algún día todo esto sea posible... de mientras, los espero en la barra de conjetulandia. 

Abrazo.

Miliv out








martes, 5 de febrero de 2013

Apagar ruidos molestos en pestañas de Chrome

No sé si a alguno de ustedes le ha pasado que está escuchando música en la computadora (o con los parlantes prendidos), y a la vez navegando por internet (en mi caso, con Google Chrome) como Dios manda: con una suculenta cantidad de pestañas abiertas al mismo tiempo, producto de la vorágine del ctrl-click y de la falta de ctrl-W (e incluso la presencia de algún que otro ctrl-shift-T). 

Y en determinado momento, una música estridente y/o espantosa nos aparece de fondo (cuando tenemos suerte, porque muchas veces los culpables son las publicidades, y convengamos que hoy en día, no todas son, digamos, aptas para todo público...) y es aquí cuando debemos nada en esa marea informe de pestañas en busca de la culpable de ese ruidaje. Haciéndole caso a Murphy, yo buscaría en la pestaña que tenga el contenido más interesante, ese que definitivamente no quiero cerrar hasta terminar de ver.

Sea cual sea el caso, si apagar los parlantes no es una opción y el ruido es muy insoportable, tenemos una alternativa: la extensión de Chrome llamada MuteTab, la cual nos permitirá o bien callar todas las pestañas (especialmente útil para no tener que identificar cuál de todas ellas es, pero con la salvedad que si uno de fondo está escuchando algo por YouTube por ejemplo, ya no podrá hacerlo) o bien callar sólo una. 
Lo bueno y lo malo es que calla todo, no sólo la música de la página propiamente dicho, sino cualquier sonido emitido por cualquier Flash que se encuentre en la misma. 
Hoy mismo me vi en la necesidad de utilizar este complemento, cuando un endemoniado mapa del Imperio Romano, resultó no ser una inocente imagen, sino un Flash estático con musiquita insoportable de fondo...

Seguro que existe lo mismo para Firefox, Internet Explorer, Opera, etc. Si por causalidad me llego a encontrar con ellos, los agregaré. Si alguno de los presentes conoce alguno, favor incluirlo en los comentarios =)


lunes, 4 de febrero de 2013

Experiencia Personal

En el día de hoy, mi mejor amigo usó contra mi uno de los argumentos que tengo en el top 3* de argumentos más pelotudos: "No podes opinar porque nunca lo viviste". Cosa que, como se dice en su nueva patria, me "tocó las pelotas", así que estimado lector, procedo a hacer catarsis. Oso conmigo**.

Por un lado, opino que es evidentemente inválido, porque como persona pro-ciencia (porque ya me dijeron que no soy científico) creo en el estudio y en la experiencia de los demás. Es curioso todas las veces que me ha sermoneado con funcionamiento de microprocesadores y voltajes y demáis, cuando nunca ha visto un electrón en su vida. Técnicamente nunca vivió la experiencia de ver uno.

Quizás ese sea un ejemplo que no aplica demasiado. Pero es como que alguien le diga al Dr. Oncologo James Wilson, el amigo del Dr. House (uno de los médicos con más empatía desde la Dra. Quinn) que "no me podes venir a hablar de cancer, porque nunca tuviste cancer". 
No gil, no tuve cancer, pero trato pacientes con cancer hace 20 años y pasé junto a ellos todos los procesos, y todos los posibles resultados.

Podría poner otros ejemplos, y capaz que algún día más adelante edito el post y lo hago, para que esto sea apenitas más interesante, pero ahora sólo tengo 14 minutos de batería restante...

Mi único consuelo es pensar que la gente que dice eso simplemente está defendiendo el valor de la experiencia personal por encima de la experiencia teórica, sin importar cuánto confiemos en la persona que lo teoriza. Porque a quién no le ha pasado, que le digan: "Si haces A, te va a pasar B." (siendo B algo que no está nada bueno) Y uno va y lo hace igual, a sabiendas de que B es un bajón. Quizás sea porque cree que justo a él no le va a pasar, porque este caso podría ser diferente, o bien porque él es diferente a la persona que inspiró esa teoría, o bien porque cree que la situación es diferente. 
La verdad es que no importa por qué, los seres humanos tendemos a necesitar vivir las experiencias, para asimilarlas completamente, y hasta quizás puedo llegar a tranzar que eso sirve para luego transmitirlo mejor. Es evidente que una persona que lo vivió puede opinar mejor que una persona que no lo vivió, pero eso no significa que la que no lo vivió NO puede opinar...

Tengan una buena semana!



*: En caso de que alguno tuviera duda, los otros dos son "porque yo lo digo" y "jamás había escuchado antes tal cosa"
**: "Bear with me" (al releer esto unos meses después tuve que pensarlo un cacho, así que mejor lo aclaro...)

jueves, 24 de enero de 2013

Estar Común

Anoche mi amigo Il Frulo me hizo recordar de los tiempos de nuestra adolescencia, cuando queríamos cambiar el mundo. Pero no (léase con tono castrense chavista) refiriéndonos al imperialismo capitalista ni las multinacionales (vuélvase al tono normal), sino con algo mucho más básico: el estar común. 

Desde siempre, al menos en este país, tenemos la costumbre social casi obligatoria, de preguntarle al otro "Cómo está". Y el otro, más obligado aún a responder "Bien", porque es más una pregunta de cortesía que un verdadero interés en el estado anímico de esa persona en ese momento. Sin embargo, entre amigos por ejemplo, sí existe un interés, lo cual incita a responder dicha pregunta de la manera más honesta posible, y el problema es que a veces, uno no está ni bien ni mal, simplemente está. Está normal. Está común. 

Y el común está devaluado. Muy devaluado. Al punto de que si uno responde "Estoy común", causará el mismo efecto que contestar "La verdad que no muy bien" o el clásico "Bien, o querés que te cuente?". Si algún lector cree que exagero, lo invito a hacer la prueba de responder durante dos días "Estoy común", a ver cómo lo miran... 

Yo sé que esto puede sonar a priori pesimista, pero la verdad es que común no es malo, común es común, normal. Sin duda que estar Bien es mejor que estar Común, pero no estar bien no significa estar mal. Además, Común es estable, y la estabilidad es buena. A veces es mejor estar común y estable, que estar Bien por una razón X (generalmente externa) la cual a los dos días cambia (especialmente si es externa) y pasamos a estar Mal, y luego encontramos Y que nos hace volver a estar Bien, y así sucesivamente, en una cosinusoide (la cual es mejor que la sinusoide, porque arranca arriba =P). 

Miliv Común Out


domingo, 20 de enero de 2013

La Zona de Confort

Hace un tiempo atrás, probablemente a través de algún powerpoint o de alguna imagen de facebook, conocí este concepto, el cual pensé que al día de hoy se habría hecho lo suficientemente popular.


Pues resultó que no tanto (cosa que me viene pasando a menudo... pueden creer que de 6 de las personas con las que trabajo, en edades entre 25 y 50, ninguna había visto Star Wars?) y al tratar de explicarlo, me quedé simplemente en que es una versión modernosa de "el que no arriesga no gana". Pero luego se me vino a la mente una vieja historia, sobre un maestro, un discípulo y una pobre vaca, la cual dejó aquí, porque creo que explica perfectamente a qué se refiere este concepto...


Mucho tiempo atrás, en algún recóndito lugar de Asia, el Maestro estaba terminando de formar a su Discípulo. Después de años de reclusión, la última enseñanza del maestro fue llevarlo a recorrer la región y la gente.
En una escarpada y agreste zona, la noche sorprendió a maestro y discípulo. Cerca de un risco, la luz de una modesta casa era el único refugio para ambos.
Se acercaron hasta sus moradores para pedir cobijo.
Era una modesta familia que aceptó compartir el techo y lo poco que tenían para comer con los dos viajeros.
¿Y ustedes de qué viven?”, preguntó el maestro al padre de familia.
“De la vaca que ustedes vieron al entrar. Ella nos da la leche que necesitamos para alimentarnos y una vez al año un ternero que cambiamos por ropa y cosas que necesitamos. No es mucho pero nos alcanza para vivir. Somos pobres, pero agradecemos la suerte de tener esta vaca”.
Cuando hubieron terminado de beber la aguachenta sopa, los visitantes se recostaron a dormir sobre unas literas de paja. 
No había empezado a clarear, cuando el maestro levantó al alumno diciéndole que era hora de partir. No hubo tiempo de despedidas para agradecer la hospitalidad, pero una vez afuera el joven discípulo se percató que la vaca no estaba.
La empujé al precipicio“, contestó el maestro ante el comentario del alumno. “¡Pero maestro, esta era la única fuente de vida de esta familia! ¿Qué ha hecho?”, lo increpó. El viejo lo miró y le dijo: “Esta ha sido tu última lección”.
Muchos años después, convertido ya en maestro, aquel joven recorría la región acompañado de su discípulo.
La noche los tomó en el mismo lugar donde algunas vez había pernoctado. Pero ahora había una casa bien puesta, con jóvenes bien abrigados y comidos, y donde se veía prosperidad.
El maestro pidió asilo, que le fue concedido. Agradeciendo, le dijo a su anfitrión. “Mire qué curioso. Hace muchos años estuve aquí, pero había una familia muy pobre. Me pregunto qué habrá sido de ella
“Eramos nosotros”, le contestó el anfitrión. “Pasó que un día nuestra vaca desapareció. Al principio nos desesperamos, pero después nos dimos cuenta que podíamos sembrar y tener cosechas. Y hacer forrajes para los animales de otros vecinos. Y con los granos y los fardos podíamos comprar mejor comida y buen abrigo. Y así pudimos producir más y mejorar nuestro hogar y la educación de nuestros hijos. No sé que fue de la pobre vaca, pero entendimos que lo que creíamos que era la solución, era en verdad el problema”.
El maestro calló y entendió que recién ahora había comprendido la última lección de su maestro.







miércoles, 2 de enero de 2013

All-In

Estoy pensando seriamente poner algún dispositivo en la ducha que me permita registrar ideas de alguna forma... Seguro que este post saldría mucho mejor si lo tuviera.

Al igual que mi nuevo mejor amigo Ricardo Castillo es un quisquilloso defensor del adecuado uso del concepto de Ironía, a mi me gusta que las Metáforas se usen cuando realmente calzan lo mejor posible.

Por las dudas de que alguno no esté familiarizado con el concepto del mundo del poker del "all in", es básicamente cuando un jugador apuesta Todas las fichas que tiene.

El tema es que muchas veces, ante alguna situación de la vida que nos implica un esfuerzo para obtener alguna cosa, utilizamos este término. Ahora que estamos a principio de año, y que sanamente nos ponemos metas, podemos por ejemplo pensar en hacer un esfuerzo para conquistar a esa chica que tanto nos gusta, o hacer todo lo posible para arrancar (y mantenernos) en la dieta, o meterle a esos examenes que nos quedan de esas materias que tanto nos cuestan. 

Pero el problema es que pensamos "voy a hacer un all-in, meter todas mis energías en esto, para conquistar a esa chica/perder esos kilos/salvar el examen" cuando en realidad es un enfoque incorrecto, ya que en estos ejemplos, el resultado está íntimamente relacionado con el esfuerzo que hagamos (bah, en el primer ejemplo no es taan así... a veces no hay esfuerzo que valga... pero gracias a gente como Arjona, que le gusta que le digan que No, debemos seguir esforzándonos, por las dudas...) mientras que en una apuesta de poker, el resultado depende de la cantidad que apostemos Y además de la mano que tengamos.

Sin embargo, en la metáfora del all-in, apostar fuerte significaría mayores ganancias, pero no afecta en absolutamente nada al hecho de que tengamos una mejor o peor mano que los otros, que es lo que hace que ganemos o no. 
Tratando de aclarar esto, en el ejemplo de la dieta, hacer un all-in sería, además de hacer la dieta, ir al club o salir a correr, para complementar eso y obtener así un mejor resultado.

De todas maneras, esta sutil diferencia no es la más importante, lo peor de esto es el condicionamiento mental que nos genera pensar en términos de all-in. Porque psicológicamente es como que estamos poniendo Todo nuestro esfuerzo en un plan. ¿Y si fallamos? ¿Si la muchachita se enamoró del único hombre buen mozo, inteligente, sensible y heterosexual de su clase? ¿Si el profesor nos pone unas preguntas que ni él sabe contestar? Si esto sucede, tendremos que volver a estudiar aún más fuerte para el examen, o tendremos que conseguir a alguien que le pegue un par de tiros en la rodilla a ese galán crackito. 

Pero si lo pensamos en términos de all-in, si fallamos, perdemos, quedamos fuera de la mesa. Y eso no puede ser. Siempre hay lugar a revancha. No sé por qué pensé que había sido el Viejo Pepe que había dicho "no te des por vencido ni aún vencido", pero fue Almafuerte... 
Ya tengo una meta para el año: aprender mejor los autores de las frases...

Miliv out